Cultivando comunidad
MONROE — Un encuentro casual en un aeropuerto de Nueva York ha traído innumerables bendiciones para los fieles del Condado Union.
El Padre Richard Ho Lung, MOP, de Jamaica, viajó a la gran ciudad en 2008 con la esperanza de establecer una misión en Estados Unidos, pero al no tener éxito, se dirigía de regreso a casa cuando se encontró con el Obispo Peter Jugis.
El Padre Ho Lung se presentó a sí mismo como fundador y superior de los Misioneros de los Pobres, con sede en Jamaica y misiones establecidas en varios países del mundo.
Los dos hombres conversaron, contó el entonces director de la misión en Monroe, Hermano Augusto Silot, en una entrevista realizada en 2013, “y el Obispo Jugis invitó al Padre Ho Lung a visitar Charlotte”.
El momento llevó a la comunidad religiosa a establecer su única misión en Estados Unidos, en el Condado Union, donde el Obispo Jugis una vez sirvió como párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes.
“Los Misioneros de los Pobres son verdaderamente dignos de su nombre”, dijo el Padre Benjamín Roberts, actual párroco de Nuestra Señora de Lourdes. “Hacen un trabajo extraordinario por los pobres y las comunidades inmigrantes y están en comunión con nosotros. Hemos sido bendecidos por la presencia de los hermanos y su comunidad durante muchos años”.
Hoy en día, la misión prospera entre amigos, voluntarios y feligreses, que semana a semana se acercan a los más vulnerables en la comunidad.
Aunque solo cuatro hermanos sirven en la misión, la institución ofrece adoración, oración, catequesis y actividades para la comunidad inmigrante en crecimiento. Regularmente organizan almuerzos comunitarios, entregan despensas y visitan asilos, así como enfermos en hospitales y hogares.
Establecimiento de una misión
Los Misioneros de los Pobres se sintieron conmovidos por las personas que conocieron y la necesidad que vieron en el Condado Union. Después de conversar y explorar el territorio, el Obispo Jugis invitó a los misioneros a establecerse en Monroe y comenzar su trabajo.
La feligresa de Nuestra Señora de Lourdes, Rosa Elba Gutiérrez, recordó los primeros días después de la llegada de los hermanos en 2009.
“Vinieron a la parroquia... y nuestro párroco en ese momento, el Padre James Cassidy, les permitió quedarse en la rectoría de la parroquia todo el tiempo que necesitaran”, recordó Gutiérrez. “Los llevaba en mi carrito por las calles de Monroe, buscando un pedazo de tierra o una casa para su misión”.
Gracias a generosos donantes, solo seis meses después, los misioneros pudieron encontrar una casa y un terreno en la calle Griffith en Monroe.
Como parte de su ministerio, los misioneros repararon la casa y transformaron el terreno lleno de árboles en un vasto jardín donde ahora cultivan vegetales y crían gallinas ponedoras. También construyeron una capilla en la propiedad para celebrar Misa y orar, sirviendo a la creciente comunidad hispana.
“Tenemos la bendición de tener a los Misioneros de los Pobres en nuestra diócesis, brindando un servicio gozoso a los pobres por amor a Cristo”, dijo el obispo Jugis. “Desde que se abrió su misión en Monroe, han dado un testimonio eficaz como religiosos comprometidos a la misericordia de Cristo crucificado y resucitado, y han ayudado a los pobres a quienes sirven a crecer en la fe y la santidad cristiana. Un amor entusiasta a Cristo nuestro Señor se evidencia en todo el trabajo que realizan”.
Pobreza espiritual
El Hermano Martin Bukenya, MOP, que ahora conduce la misión, explicó que la pobreza en los Estados Unidos era muy diferente de la pobreza en otras partes del mundo.
“En otros países, la pobreza está en todas partes y tenemos casas donde podemos cuidar de los pobres. Aquí, en los Estados Unidos, debido a las leyes y a los problemas con los permisos, no podemos alojarlos nosotros mismos”, dijo el Hermano Martin. “Pero a lo largo de los años he aprendido que la ‘pobreza’ en este país se expresa más profundamente en la vida espiritual. Y ese es el enfoque de nuestro trabajo”.
Los misioneros ofrecen su capilla a sacerdotes visitantes que celebran Misa los lunes, y organizan estudios bíblicos semanales y Adoración Eucarística. También se unen a la comunidad para rezar el Rosario y distribuyen alimentos para los pobres.
Dan la bienvenida a los visitantes a su misión. Los hermanos, en el límite de la austeridad, comen lo que queda de sus donaciones. También visitan hogares de ancianos, hospitales, y hacen visitas a los hogares de los feligreses.
Son nuestra familia
Rosa Colín, quien asiste a la misión desde hace nueve años, dijo que se siente parte de una familia.
“Siempre están ahí para nosotros. Cuando mi esposo tuvo problemas de salud, llegaron a nuestra casa para ver cómo se encontraba”, dijo Colín. “Fue muy bonito para nosotros porque, como inmigrantes, no tenemos ninguna familia cercana. Ellos son nuestra familia”.
— César Hurtado
Infórmate
El trabajo de los Misioneros de los Pobres no sería posible sin la ayuda de voluntarios. Si está interesado en ser voluntario o hacer una donación, visite a los Misioneros de los Pobres en 1403 Griffith Road, Monroe, visite en www.missionariesofthepoor.org o envíe un mensaje de texto al Hermano Martin Bukenya, MOP, al (704) 320-7414.