CHARLOTTE — Miles de feligreses demostraron su fe y amor por la Virgen de Guadalupe en decenas de celebraciones realizadas en las iglesias de toda la diócesis.
Las festividades iniciaron, en algunos casos, el domingo 11, víspera de la fecha central, esperando la medianoche para cantarle Las Mañanitas a la Virgen Morena.
Algunas parroquias recordaron a María de Guadalupe el lunes 12 temprano por la mañana, mientras que otras programaron sus Misas y actos por la tarde y noche.
En Asheville, la comunidad hispana se unió en una celebración interparroquial que tuvo lugar en el Centro Agricultural en Fletcher el domingo 11. Una procesión, la Santa Misa oficiada por el Padre Noeh Torres y los eventos culturales programados culminaron a las ocho de la noche.
En Charlotte, la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe inició sus festejos el domingo 11 pasadas las seis de la tarde. Danzas, Rosarios, cantos, representación de las apariciones marianas ante el indígena San Juan Diego, procesión, Mariachi y Misas en diversos horarios se sucedieron por más de 24 horas consecutivas.
La Misa central, concelebrada por el Padre Leo Tiburcio, párroco; el Padre Hugo Medellín, vicario; y el invitado, Padre Miguel Sánchez, vicario parroquial de la Iglesia San Mateo en Charlotte, se realizó a las 9 de la noche del domingo.
El Padre Medellín, al inicio de la Misa, oró para que, por intercesión de María Santísima, podamos profundizar en nuestra fe para lograr el progreso de los pueblos por caminos de justicia y de paz.
Luego, en su homilía, abordó el ‘sí’ de María, de quien dijo que después de realizar algunas preguntas al ángel de la anunciación, le dice ‘Soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho’.
“Este ‘sí’ de María tiene mucho que ver con nosotros, con la vía de fe. Aquí, en esta comunidad, en la Iglesia universal, muchas personas cambian sus vidas, se vuelven a Dios y se entregan a la misión de la Iglesia”, dijo.
Luego, viendo a los asistentes, comentó que mucha gente viene durante esta fiesta, pero no regularmente a la Iglesia. “A ellos quiero hacerles una pregunta: ¿Qué es lo que necesitan para cambiar su vida?, ¿qué es lo que necesitan para volverse a Dios? Y lo más importante, ¿qué es lo que podemos hacer para ayudarle?”, finalizó.
Debido a la gran asistencia prevista, los organizadores habilitaron tres carpas grandes con televisores para seguir las actividades, así como un altar a la virgen en el patio de entrada al templo.
Al término de la Misa, el Padre Tiburcio agradeció a los asistentes por su comprensión ante las dificultades. “Nuestro templo es muy pequeño, hemos tenido que colocar carpas grandes. Todo está lleno y muchos hermanos están afuera, con frío, pero igualmente están presentes para festejar a la Virgen de Guadalupe”, dijo.
Luego saludó la presencia del Padre Sánchez, a quien invitó a presentarse ante la comunidad.
La Sra. Antonieta Rueda, nacida en Ciudad de México, quien asistió acompañada de sus dos menores hijos, dejó flores ante la imagen de la Guadalupana. “He venido a agradecerle a nuestra Virgen todo lo bueno y todo lo no tan bueno de este año. Y quiero pedirle que me conceda salud para seguir trabajando por ellos”, dijo, refiriéndose a sus niños en brazos.