CHARLOTTE — Seguramente tiene algún amigo, amiga o familiar que ha asistido a un encuentro Emaús y constantemente lo invita a que participe en uno de ellos. Si no es así, habrá visto fotografías en las que aparecen decenas de grupos de damas y caballeros, por separado, sonriendo felices mientras comparten uno de estos encuentros.
La pregunta se cae de madura. ¿Qué tienen de especial estos retiros que todo mundo parece pasarla muy bien, concluyen la jornada de tres días muy contentos, salen dispuestos a cambiar el mundo y, en muchos casos, cambian su estilo de vida radicalmente para bien?
El Padre Julio Domínguez, vicario episcopal del ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte, define a Emaús como un movimiento apostólico de evangelización de llamado, sobre todo en las periferias, para incorporarse o retornar a la experiencia de la Iglesia Católica.
“La función del retiro, de acercar a las personas a Dios, está basado en el Evangelio de San Lucas (Lucas 24:13-35) cuando Jesús sale al encuentro de los que estaban perdidos, los encuentra, camina con ellos explicándoles las escrituras. Sus discípulos luego lo reconocen cuando parte el pan. Ahí estamos hablando de la Eucaristía, de la Adoración Eucarística, del encuentro del Cristo que murió, pero resucitó”, explica el P. Domínguez.
Inicios
Hace más de 30 años, Myrna Gallagher, evangelizadora incansable al servicio de la parroquia San Luis en Miami, Florida, bajo la supervisión de su párroco y con el consentimiento de su obispo, creó un retiro para que la gente pudiera acercarse a Dios, reconocerlo, experimentar su amor y conocer que realmente ‘Jesucristo ha resucitado’ y es un Dios vivo.
El éxito fue inmediato y se extendió con rapidez a otras parroquias, ciudades en Estados Unidos, Europa, Latinoamérica e incluso, se dice que de manera clandestina, a China.
En abril de 2007 se llevó a cabo el primer retiro en Las Carolinas, en idioma inglés, en la parroquia San Philip Neri, en Rock Hill.
En 2010, contando con la aceptación del entonces párroco de la Iglesia San Gabriel en Charlotte, Padre Frank O’Rourke, se realizó un retiro en español bajo la coordinación de Domingo Roger, quien había participado en un encuentro en Miami.
La Familia Emaús
Hace aproximadamente once años, después de participar en un encuentro Emaús en Charleston, Carolina del Sur, el Padre Domínguez creó ‘La Familia Emaús’, una adaptación del retiro original.
“Ahí me presentaron un retiro muy bonito que, a mí como sacerdote, me tocó mucho”, dice, pero debido a creyó conveniente realizar algunos cambios, los representantes en Miami le pidieron que no utilizara el nombre original, por lo que decidió nombrarlo como ‘La Familia Emaús’.
“Se realiza lo esencial del retiro, pero se cambian algunas cosas en razón a las diferentes realidades que se viven en Florida, en relación con Carolina del Norte”, explica el Padre Domínguez, quien también es director espiritual de ese movimiento.
Sin embargo, paralelamente al movimiento fundado por el Padre Domínguez, coexisten otros grupos de Emaús que desarrollan actividades en parroquias como Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte, San Miguel en Gastonia, San Gabriel en Charlotte y muchas más, a los que el P. Domínguez apoya incondicionalmente.
Retiro Infalible
Respecto a la clave del éxito de los encuentros Emaús, el Padre Domínguez opina que “la alegría, un don que particularmente el Espíritu Santo otorga al movimiento, es clave en la integración de los participantes. El amor verdadero que muestran los organizadores a los asistentes y entre ellos mismos hace que se cree una fraternidad cristiana que persiste en el tiempo. Todos nos llamamos hermanos”.
La recomendación al término de los retiros es que los participantes busquen la formación continua en base a la Eucaristía y se integren completamente a la parroquia.
“No me gusta que se distingan con camisas, en respeto a los otros movimientos de su parroquia. El demonio ataca con la soberbia. Si nos incorporamos a la parroquia, y esto es válido para todos los movimientos, lo hacemos unidos, sin diferencias de ningún tipo”, dice el P. Domínguez, añadiendo que el servicio a la parroquia debe realizarse sin descuidar a la propia familia.
“No podemos ser ‘candil en la calle y oscuridad en hogar’”. Para el P. Miguel Sánchez, vicario de la parroquia San Mateo, quien también participó en un encuentro Emaús, la adoración continua y la oración constante son esenciales, junto a la sinceridad y entrega de los servidores, pues a los participantes les da la confianza de que, “si Dios pudo ayudar a esta persona a cambiar, lo puede hacer conmigo también”.Resalta que se crea una relación sincera que mucha gente nunca ha experimentado.
“Es decir, se siente una hermandad real que te ayuda se ser más abierto a la hora de mirar en tu interior”.Si desea experimentar un encuentro personal con Jesús resucitado a través de un retiro Emaús o de La Familia Emaús, consulte con el coordinador del ministerio hispano o de ese movimiento apostólico de su parroquia. Ellos podrán encaminar su interés.
— César Hurtado