De vez en cuando tengo que ir a la cárcel.
Es un ministerio que no quise tomar de lleno, me gustan más los enfermos y ese es mi ministerio.
Pero la cárcel no la puedo dejar de lado. Y les voy a decir algo, yo siempre he pensado que no hay, que no existe gente mala, salvo que le hemos dado un nombre. Existe gente mala a la cual no se le ha dicho que puede hacer cosas buenas.
Y el común denominador de todos ellos es la falta de oportunidades. Y muchos me lo dicen, “si yo hubiera”, “si yo hubiera”, “a mí nadie me dio”, “a mí nadie me puso un abanico de oportunidades al frente”, “lo único que conocí fue violencia, fue droga, fue esto, fue el otro”. Siempre falta de oportunidades.
Por estas fechas estamos celebrando la semana de las escuelas católicas. Va a estar interesante, ojalá despiertes -en verdad- del letargo que muchas veces nos da el cuidar muchas veces el bolsillo. Porque esa es la idea general.
Señores, dénse la oportunidad de ir y sentarse a escuchar sobre las escuelas católicas y las ventajas que tienen respecto a las escuelas públicas.
Pon delante de tus hijos ese abanico de oportunidades. Si tú no se las presentas, ellos no van a poder ver otras cosas que podrías ofrecerles.
Ellos tienen información como la que he escuchado de varios jovencitos que se han acercado y entregado su testimonio sobre lo que la escuela ha hecho en ellos.
Imagínate lo que puede hacer en tus hijos esa educación integral que estos muchachos nos estaban contando.
Desde lo que es espiritual hasta la cuestión física, la cuestión intelectual. Yo te diría que te des, que les des la oportunidad. No dejes que pase de largo, ve y visita la escuela, entérate de sus ventajas, pregunta, infórmate. Hay buenas cosas, las mejores escuelas son las escuelas católicas.
Pon las cosas en la balanza, dale la oportunidad a los tuyos. Así como muchos me dicen “es que a mí no me dieron oportunidades”, a nosotros también, yo entiendo. Hay muchos de ustedes que llegaron solamente a la primaria, a la secundaria y son buenos trabajadores. Pero, tenemos que entender, que hemos sido una generación muy especial.
Nuestros hijos necesitan más. Ustedes vean el abanico de oportunidades que hay afuera: ser delincuente, ser un Zeta, ser un distribuidor de marihuana, de esto y del otro. ¡Allá afuera hay oportunidades!
Yo espero que hagas conciencia de esto. Busca información, entérate sobre las charlas de admisión que ofrecen tus escuelas católicas y ve a ellas.
Yo he tenido la oportunidad de ver la información que ofrecen y es muy importante que ustedes la conozcan para que se la muestren a sus niños.
Yo siempre he pensado que lo que forja a un hombre es la educación. Y, basada en los principios cristianos, como se hace en las escuelas católicas, señores, no lo piensen.
Tienen también becas, hay cosas importantes que ustedes pueden lograr para sus hijos. Por eso, asiste a las charlas, siéntate un ratito y escucha. El tiempo que dediques a estas reuniones informativas puede hacer una gran diferencia en tus hijos. Y eso, imagino, es lo que como padre, como madre, quieres lograr para ellos.
El diácono Enedino Aquino sirve como coordinador del Ministerio Hispano en Greensboro.