La Pascua de Resurrección es la festividad más grande de los cristianos, donde recordamos y celebramos a Cristo resucitado.
Es el inicio de una nueva era en Cristo Jesús, la era o tiempo de la Misericordia y el perdón de Dios en Cristo su Hijo; “porque tanto amó Dios al mundo que le dió a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda sino que tenga vida eterna” (Jn. 3,26).
Sin este extraordinario acontecimiento en donde Cristo vence a la muerte, ninguna otra festividad cristiana tendría sentido porque porque, “si Cristo no resucitó, vana sería entonces nuestra predicación y vana sería también nuestra fe” (1 Cor. 15,14).
Por eso es tan importante para nosotros, pues es el testimonio de que Cristo tiene el Poder y la Gloria, y que usando esa potestad de Dios Él quiere otorgarnos la salvación.
Para nosotros, los fieles creyentes, nos acompaña esta esperanza de que si Cristo resucitó de entre los muertos también nos resucitará en el último día. “Si morimos con Él, también viviremos con Él” (2 Timoteo 2, 11).
Creemos que, en virtud de nuestro bautismo, hemos sido incorporados como miembros de la Iglesia, la familia de Dios, y que por tanto hemos de practicar las obras de la luz, es decir, las buenas obras o el buen actuar, para así corresponder a Jesús, quien en un sublime acto de amor dió su vida por nosotros para que tengamos vida eterna en el reino de Dios, como lo anunció desde el principio de su vida y ministerio público.
Así se ve desde la bodas de Caná, donde en su primera señal milagrosa usa el vino, que bíblicamente es símbolo de las alegrías del reino, y transforma seis jarrones de agua en el mejor vino, para darnos a conocer, desde el principio de su vida y ministerio públicos, que el reino que Él vino a anunciar es un reino donde hay vida en abundancia, vida eterna y de la la mejor, donde ya no habrá dolor, ni pena, ni limitación, ni aflicción, sino vida en plenitud.
Por ello nos invita a todos a vivir con la esperanza de la resurrección, orientando y dirigiendo nuestro diario actuar conforme a los valores del reino.
Felices Pascuas de Resurrección a todos y que la alegría de la resurrección nos inspire y anime siempre a caminar en la luz del resucitado.
El padre Fidel Melo es el director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte.