Queridos hermanos y hermanas,
He recibido varías preguntas acerca de nuestras reuniones de grupos en los movimientos apostólicos. Se que muchos están ya ansiosos de poder reunirse y seguir todo normal. Algunos me dicen que tienen una comunidad pequeña y que son más o menos diez personas las que se reúnen, otros me han dicho que ya el párroco dio permiso y los más atrevidos piensan que están bajo la protección de Dios y no les pasará nada.
Hay una realidad muy hermosa y tan digna de pensarse continuamente entre los cristianos que a veces, por distracción o ignorancia, no lo hacemos.
Me refiero a la naturaleza de nuestra Santa Madre Iglesia, la que es Una, Santa, Católica y Apostólica.